Nuevamente se encienden las luces naranja en los líderes de Morena en el Estado de México, concretamente en los higinistas o militantes del Grupo de Acción Política (GAP) que ha sido señalado de tener secuestrado el Movimiento de Regeneración Nacional desde sus inicios al grado de ser los que han tenido la batuta para haber designado a una gran mayoría de candidatos, ahora en puestos de elección popular y el control del Congreso Local, pero que de seguir creciendo el grupo bautizado como Tlalnepantla, se pone en serio riesgo su control.
Es imposible recordar que desde sus inicios Higinio Martínez Miranda, líder del GAP fue impulsado por los mismos priistas e infiltrado en el entonces PRD como operador del grupo Atlacomulco, el entonces gobernador Emilio Chuayffet fue quien lo catapultó para que se convirtiera en el gran Tlatoani de Texcoco, más adelante los acuerdos políticos con operadores de la talla de Luis Videgaray y Luis Miranda le permitieron acrecentar el poder tanto político, como económico.
Con la llegada de Morena, Martínez Miranda traicionó a su partido para venderle la idea de control a AMLO, llevando a su protegida Delfina Gómez a la candidatura al gobierno del Estado y a un paso de ganarle a Alfredo del Mazo Maza.
Después de esto, Higinio y su grupo se convirtieron en el repartidor principal del pastel electoral, desplazando completamente a los fieles seguidores del ahora presidente, conocidos como “Los Puros” quienes se tuvieron que conformar con lo que sobró y aceptaron algunas plazas y municipios, entre ellos el grupo de Pedro Centeno y después Daniel Serrano tras su división.
Al primero se le confinó en un casi olvido político y al segundo se le calmó con la cesión de seis municipios, entre ellos Coacalco y Nicolás Romero, pero Serrano se ha mantenido como fiel contestatario de las acciones gapistas, aunque no muy convencido de lo que dice, pues cuida sus intereses por encima de sus convicciones y a lo más que ha llegado es a autonombrarse dirigente estatal sin suerte, por cierto.
El GAP trabaja para impulsar a su líder y volver a ser quien decida candidatos en los principales municipios y distritos, Higinio en el Senado, Horacio Duarte en el gobierno federal, Maurilio Hernández como líder en la LX Legislatura y hasta con el control en el OSFEM, parecía que nada saldría mal.
Pero hace unos días salió un modesto desplegado en el que firman su apoyo incondicional a AMLO una mayoría de delegados del Estado de México con el presidente municipal de Tlalnepantla Raciel Pérez Cruz como primer firmante y eso ocasionó un devenir en el ánimo de quienes están convencidos de la 4T y la esperanza de romper con la hegemonía del GAP y su servidumbre ante el PRI.
De manera modesta el alcalde de la tierra de en medio , evadió comprometerse bajo un liderazgo que ya se le atribuye, pero es un secreto a voces que de seguir creciendo ese grupo no solo será contrapeso al GAP, sino el enemigo a vencer en las próximas decisiones que tome Morena para el futuro político que forjará en el Estado de México y su creciente oportunidad de ganar el máximo escaño estatal.
Dependerá en mucho de las decisiones de Alfonso Ramírez Cuellar y su influencia en las decisiones del presidente de la República para que Morena se convierta en un verdadero partido y deje de ser un movimiento con gobiernos, pero no con poder, en un ente que por lo menos tenga ya un padrón oficial de afiliados y una estructura acorde a quien gobierna el país y podría gobernar una mayoría de Estados en el proceso más grande que ha registrado la historia del país.