- Si los periodistas no estamos unidos, estaremos hundidos
Luego de las agresiones a algunos periodistas en el Estado de México y la consiguiente firma de apoyo del gremio para presionar a las autoridades y se logre el respeto a esta noble labor, viene los bueno: Lograr la aprobación de la Ley de Protección al Ejercicio Periodístico en el Estado de México, aunado a las garantías para la labor.
En la reunión de acercamiento con el gobierno estatal, hubo firmeza entre los comunicadores para exigir lo que por derecho nos corresponde y eso es parte de lo que definirá la aplicación de la Ley mencionada.
Si el gobernador Alfredo del Mazo tiene voluntad política, como lo queremos ver, se darán las indicaciones pertinentes para que los elementos de seguridad pública reciban los cursos de Derechos Humanos y conocimiento de la importancia de los comunicadores, se les deberá aleccionar para que en un determinado caso, brinden el apoyo necesario cuando un periodista esté en problemas, todo pareciera caminar bien, pero falta lo más importante y eso es lograr que los nuevos gobiernos municipales participen también de estas acciones en bien de la comunicación libre, ética e independiente.
De los seis casos documentados, más uno que no alanzó a incluirse en el escrito, en todos tuvo que ver la autoridad municipal y eso es alarmante, pues en cada región del Estado hay necesidades diversas de los periodistas, obviamente que no me refiero a las necesidades publicitarias, pues eso es de cada medio como empresa, sino de las garantías que como ciudadanos y como periodistas requerimos.
La creación de la Fiscalía Especial de Atención a Delitos contra Periodistas, podría ser el parteaguas de las negociaciones, pues es absurdo que el Estado más poblado del país no cuente con una instancia así y los compañeros en peligro tengan que acudir al gobierno de la cdmx y/o federal para solicitar el apoyo.
El protocolo de Seguridad debe aplicarse, incluso antes de la aprobación de la Ley en cada localidad y los periodistas deben ser protegidos por las autoridades en sus bienes y en su integridad física, de lo contrario los servidores públicos deberán ser sancionados por omisión, por ello la urgencia de la creación de la Fiscalía, del protocolo y de la leyes que garanticen el trabajo de información, afortunadamente y como nunca hay unión en el gremio mexiquense y los pocos que, quizás por intereses propios (muy respetables) no participen también serán beneficiarios de lo que se logre en beneficio del periodismo.
Habrá que despertar a lso diputados de Morena para retomar los trabajos de la Ley, eso es innegable, pero lo más importantes es no permitir que se enfríe el interés de los comunicadores por impulsar las acciones a seguir, hay que invertirle, tiempo y dinero? Sí, pero se hace con gusto cuando de servir se trata, así se conduce la comisión impulsora de la Ley y de las acciones subsecuentes.
En otro tema, el diputado Maurilio Hernández dijo que a partir del nuevo periodo de sesiones se manejarán con seis ejes, el tercer eje será el combate frontal a la corrupción e impunidad, fortaleciendo el Sistema Anticorrupción del Estado de México y Municipios, revisando y reformando lo necesario en la ley correspondiente de la mano de las instituciones involucradas. Ante esto yo creo que más de un alcalde tendrá que cambiar su forma de trabajar pues pareciera que vinieron a la desesperada a hacerse ricos, en algunos casos como en el de Coacalco, el alcalde ha permitido que un grupo de vivales conocidos como el grupo Tlalne-Izcalli se apodere de la administración y realice una paulatina e integral sustracción de los recursos públicos con argucias legaloides y sobre precios en facturas de proveedores y eso tendrá que investigarlos y castigarlo la actual legislatura o todo será letra muerta.
DATO El poderoso grupo que opera en Coacalco ya lo hizo antes en Tlalnepantla en la etapa del conocido alcalde Tony Rodríguez y posteriormente en la administración del priista Víctor Estrada en Izcalli, su presidenta Jesica Vega parece estar bien protegida, pero la 4T deberá mostrar que nadie está por encima de la ley.
