En más de una ocasión hemos tomado y retomado los vicios que prevalecen en algunas áreas de la máxima casa de estudios mexiquense y cuestionado el por qué algunas personas gozan de canonjías dignas de una dictadura ajena a la educación, lamentablemente el gran prestigio de la UAEM a veces se ve dañado por el actuar de algunos de sus representantes como es el caso del coordinador del Centro de Investigación en Estudios Avanzados para la Población, Jaciel Montoya Arce, quien es una piedrita en el zapato para el avance real de los planes de estudios y simboliza todo aquello por lo que se ha luchado por años: La no permanencia en el poder.
Durante más de 20 años se ha negado a abandonar el cargo que ostenta como supuesto investigador, con uno de los sueldos más jugosos de la institución educativa sin que hasta el momento su labor destaque o por lo menos justifique lo que gana, no obstante él se autonombra como una persona con moral comprobada para sus intentos de cambiar proyectos universitarios como aconteció a principios del año pasado cuando se opuso e intervino presuntamente como autor intelectual en la cancelación de una propuesta universitaria respecto al tema de migración, porque quienes encabezaban la interesante propuesta no eran afines a él.
Montoya Arce ha destacado por evadir cuestionamientos de los medios de comunicación cuando las preguntas podrían ser incómodas, como los casos de acoso o de una supuesta campaña de desestabilización al interior de la UAEM en detrimento de sus autoridades.
A esto le sumamos, aludiendo a su autonombrada “moral comprobada” lo que sucedió ayer domingo a la entrada del complejo universitario cuando al ingresar (no se sabe si en sus cinco sentidos) dañó la pluma de acceso de la puerta B con su lujosa camioneta y a pesar del “accidente” y en forma prepotente se alejó del sitio sin responsabilizarse de los daños a la institución.
No es la primea ocasión que el descuidado académico se ve inmiscuido en una situación similar, tal vez y la reincidencia de Jaciel Montoya en este tipo de conductas comience a parecerle del todo normal y dañar, sin el menor remordimiento, el patrimonio universitario, que, dicho sea de paso son los impuestos de los mexicanos.
Sea cual sea el cargo y la condición en la que el investigador Montoya Arce haya ingresado a instalaciones universitarias, debe prevalecer el respeto a su reglamento y patrimonio institucional, por lo que –mínimamente- debe enfrentar con integridad su falta y reparar el daño, a menos que no tenga esa “calidad moral” que tanto presume, aquí lo que se debe investigar es el por qué no ha sido removido de su cargo, tal vez el padrino sea tan poderoso que nadie se atreve a enfrentarlo, pero más de 20 años ganando un super sueldo sin justificarlo suena a corrupción por donde quiera que se le vea.
En otro tema y siguiendo con el tema de problemas internos, el cabildo de Cuautitlán México, sigue enfrascado en problemas por intereses personales y la síndico procurador, morenista por apellido no tuvo suficiente con subir a redes su queja, dejando entrever que su seguridad y la de su familia están amenazadas por el alcalde y por la directora de administración, que fuerte.
A trasfondo se supo que la molestia de la edil es porque se le despidieron a tres de sus “asesores” que no justificaban sueldos con trabajo real y ella, que no se deja de inmediato amenazó con sacar a luz pública muchas cosas irregulares que suceden en la administración, la amenaza quedó en el aire y la conferencia convocada para tal efecto se quedó en un momento de lloriqueo y acusaciones infundadas, muy baja la calidad moral de algunos políticos.
