Nos la aplicaron la frase con que el chino mexicano quería justificar los millones en efectivo que tenía en su casa, porque si no cooperaba le daban cuello y en la negociación en Washington, aunque sus seguidores lo ven como el Tigre Marcelo, la verdad es que el gobierno norteamericano (Piolín), solo vio “un lindo gatito” que se comía sus cacahuates y tuvo que ceder ante el magnate que podría revelar detalles del acuerdo, como lo ha anunciado.
Como dijo el filósofo de la Cuarta Transformación, Estados Unidos “nos la metió doblada” porque llegamos con una correlación de fuerza como país, acorde al saqueo y destrucción de la Nación que hicieron los célebres mandatarios Peña Nieto, Calderón y Fox, que en tres sexenios acabaron con México.
Aunque no lo digan, nos convertimos en tercer país seguro, cedimos en nuestra soberanía al aceptar imposiciones de Estados Unidos de militarizar la frontera, aunque se esconda en el dicho de que así estaba programado con la Guardia Nacional, además de que no le íbamos a comprar ningún elote y ahora nos los vamos a tragar todos de los estados trumpistas y hasta maquinaria agrícola.
El pelo de elote anda en campaña, ya lo anunció y después de la bienvenida a los centroamericanos les vamos a poner el muro que dijo que México pagaría y lo haremos parando a los migrantes para que no lleguen al país del norte y seguramente pronto veremos los lemas de Trump, diciendo que “ya ven, México paga y pone el muro para nuestra seguridad nacional”, será su “logro”.
Ahora de manera oficial recibiremos, como tercer país seguro, a los inmigrantes que estén en espera de asilo político en nuestro territorio, pero con la obligación de proporcionarles seguridad, trabajo y feliz estancia mientras dure el trámite migratorio en consonancia con nuestra solidaridad con los migrantes, se justifica.
Claro que ante la frágil correlación de fuerza como Nación, México le apuesta a lograr el desarrollo del sur-sureste junto con los centroamericanos, de manera que se creen las oportunidades de desarrollo y prosperidad en toda esa zona de nuestro continente para con ello, detonar la región económicamente que permita a todos seguir viviendo en su lugar de origen y no pensar en migrar a otros sitios del país o extranjero, para hallar lo que nuestro país o países vecinos le niegan a sus pobladores.
Sin duda detonar el sur como si fuera el norte, marcaría este sexenio como el del fin de la corrupción, la impunidad y el desarrollo económico del país con oportunidades para todos y con desarrollo democrático en el gobierno para cumplir con la Cuarta Transformación tan anunciada. Pero, hasta no ver no creer.
Lo único cierto es que, aunque se festeje, los gringos no vieron un tigre en el negociador de México, sino como Piolín, a un lindo gatito al que dijeron: “coopelas o cuello”, y tuvimos que cooperar, con la esperanza de que Trump no se reelija y con ello terminar la amenaza “doblada” que podría alargarse todo el sexenio. Ahora no habrá aranceles y tenemos un plazo de 90 días para revisar, ¿qué más se le ocurrirá durante su campaña de reelección?
Para que México resurja es necesaria la participación de todos los mexicanos en cada una de las trincheras donde nos encontremos, para aportar nuestro granito de arena en la edificación de una nueva democracia no simulada que permita el desarrollo económico y el bienestar social para todos, para llegar con mejores condiciones de negociación ante otras naciones en esta época de globalización y de la sociedad de la información.
¿RETÓRICA?
Aunque se odie y desprecie la cultura política del sistema mexicano entronizada durante décadas, esta sigue pesando en el siglo XXI, en particular en quienes ejercen funciones de dirección en el nuevo gobierno y de toma de decisiones para las diferentes políticas públicas que de despliegan hacían la sociedad.
Parece que no entienden, a menos que sea retórica, los dichos y expresiones del presidente de México en el sentido de que se trata de un cambio de régimen no de gobierno el que estamos viviendo, de que se garantiza el derecho a disentir, se acepta la crítica venga de donde venga porque se sabe que las expresiones diversas de pensamientos tienen sus voceros y sus medios para hacerlo.
Pero a la hora de tomar decisiones por el país, los subordinados del presidente, su gabinete legal y ampliado y demás órganos autónomos y descentralizados, y los poderes y niveles de gobierno, optan por mimetizar los viejos cánones y protocolos del régimen que quieren cambiar y se subordinan al viejo presidencialismo.
Y en seis meses de gobierno, los ejemplos sobran: El Canal del Congreso, órgano de difusión parlamentaria del Poder Legislativo de la Unión, a 9 meses de la actual legislatura, no ha podido nombrar al director(a) del mismo, en un diferendo en que no están solo los legisladores, sino el Poder Ejecutivo.
La Comisión Bicameral del Canal del Congreso entrevistó a 27 aspirantes y no ha podido decidir quién es el bueno, porque en dicha decisión no solo cuentan los coordinadores de la nueva mayoría sino también el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (Ejecutivo) del cual forma parte.
Mientras @jenarovillamil anda tuiteando como vocero del gobierno sus acciones, aunque sabemos que para eso está Jesús Ramírez en la presidencia, debe diferenciar su ejercicio de la libertad de expresión como ciudadano o funcionario, usando una cuenta con su nombre y otra como SPR, porque los que declaramos y pagamos mensualmente nuestros impuestos, debemos saber qué hace con el salario que le pagamos.
Hay colegas que defienden al buen amigo Jenaro, diciendo que él recibe órdenes y tiene que acatarlas, pero es claro que cuando aceptan un cargo es por convicción no por sumisión y él podría hacer de los medios públicos, la plataforma para la participación social en el cambio de régimen que necesitamos y tiene con qué.
Notimex es una agencia que no es agencia, ni produce noticias a menos que no sea editorializada para pegarle a los adversarios del nuevo gobierno, porque cuando ponen a una fanática como directora, se olvidan de que no dependen del gobierno y deben servir a la sociedad mexicana en su conjunto, pero hace lo contrario, cuidar la imagen del presidente y del gobierno en turno, convivir con la delincuencia sindical que cada mes pide su mochada en efectivo para algunos “gastos” de organización.
¿A dónde vamos a parar? Diría mi compadre el Buki. ¿Hay o no Cuarta Transformación? Cambiemos el sistema no simulemos.
RETROCESO
Aunque no lo quieren reconocer, la derecha mexicana ganó perdiendo, porque en términos de abstencionismo, en estas elecciones pasadas perdió México y su sociedad cansada de mucha palabrería y pocos cambios que puedan reflejarse en el bolsillo de los mexicanos, en la seguridad de las familias y su patrimonio.
Eso es lo que debemos analizar, porque después de una elección presidencial concurrida en promedio con relación a otras, en las elecciones locales de 6 estados el abstencionismo aumentó y pese a sus triunfos, Morena bajó su porcentaje de votos a tal grado que, de no ser por el PT que le aportó votos a su candidato, el PAN siguiera gobernando Puebla donde como partido tuvo más votos.
En tiempos de cambio de régimen debe revisarse el mejoramiento o viabilidad del sistema de partidos en México, no echar las campanas al vuelo porque la derecha se consolida como la única oposición en el país, en centro y norte principalmente, hay que hacer una lectura objetiva de los resultados electorales.
Pongan fin a las balandronadas de los vencedores ahora en la red.
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