Más allá de lo dramático, como lo calificó López-Gatell, más allá de la desesperación de familiares lo acontecido en el Hospital de las Américas el pasado 1 de mayo, en Ecatepec, es la clara muestra de lo que todos sabemos, menos el gobierno del Estado de México: Hay una total y absoluta inoperancia en el sistema de salud estatal que podría ser el causante de un brote épico de la pandemia en el municipio más poblado de Latinoamérica.
Los discursos publicitados antes de que la pandemia azotara a México en el sentido de que el Estado mexiquense estaba preparado se desmoronó desde un inicio al demostrarse que no hay un sistema hospitalario adecuado, que no hay personal médico suficiente y los que hay están sin los implementos necesarios para su labor natural y totalmente desprotegidos para atender a posibles víctimas de la pandemia.
Ahora se culpa al gobierno federal por los cambios e implementación del INSABI, pero esa excusa nadie la acepta pues el hospital de las Américas por años siempre ha sido señalado por la mala calidad en los servicios, la negligencia y por no tener equipo médico ni medicamentos. Los doctores y enfermeras en más de una ocasión han manifestado públicamente su molestia por carecer de lo necesario y los boletines oficiales afirmando lo contrario no han logrado engañar a la opinión pública y menos a los familiares de las víctimas que han caído en esos hospitales públicos.
Tocar el tema del joven Alexis, un ex reo que no respetó el “quédate en casa” y se contagió ya está por demás, satanizar a su pareja sentimental o a su madre con su florido lenguaje tampoco es necesario, la imprudencia de las 14 personas que irrumpieron en el nosocomio y manipularon o tocaron los cadáveres fue una muestra de la desesperación ante un sistema fallido hospitalario.
Un Hospital “general” con docenas de enfermos que ese día 1 de mayo, como en cualquier fin de semana solo contaba con un médico general en labores y un vigilante muestra que efectivamente el sistema de salud estatal es un caos y le mentirán al gobernador, pero todos sabemos que no funciona.
Seis hospitales abandonados en obra negra, médicos abandonados a su suerte y muchas personas abandonadas en los pasillos y camillas improvisadas, sin atención médica, pareciera que solo son dejados ahí esperando su muerte para tener algo que informar a los familiares, mientras tanto el gobierno estatal sale a comunicar que todo está bien, que hay equipo, que se sanitizan espacios públicos, que se queden en casa y los especialistas solo miran el retraso de muchos años que tiene el Estado de México en la materia.
Dicen que los cambios son buenos, la llegada del INSABI amarró las manos a las mafias de control de medicamentos, de venta de plazas y de proveedores de aparatos e instrumentos, pero el precio es alto, a cambio de erradicar la corrupción es muerte.
El Estado de México cierra la semana hasta el sábado 2 de mayo con 3 mil 422 personas infectadas de COVID-19 y un panorama nada alentador de más de 30 mil personas potencialmente calificadas como bajo sospecha, según el modelo centinela, mientras que Neza y Ecatepec siguen en la disputa por el primer lugar en casos de personas positivas con 465 y 407, respectivamente, sin que haya un verdadero control o estrategia para frenar esto, solo la ciudadanía tendrá en sus manos y sacrificio la respuesta.
