La pandemia mundial, de la cual no hablaré pues los medios de comunicación están atiborrados del tema, ha servido para varias cosas, tales como ver la indolencia de autoridades de todos los niveles, temer una recesión económica de niveles, quizás peores que el mismo virus, la unión del pueblo y también la cobarde actitud de gente que no merece ser llamada mexicana que aprovecha la vulnerabilidad de las personas para robarles, ya sea en los pocos negocios de comida que abren pues viven el día a día o en grupos de enmascarados que allanan y roban las tiendas departamentales, en esta semana que está por concluir, varios centros comerciales han sido asaltados en el Valle de México, especialmente en Tultitlán, Tultepec, Coacalco y Tecámac y se han frustrado también varios intentos , como el ocurrido la noche del martes en Héroes Tecámac, sexta sección, donde las patrullas municipales lograron disuadir a medio centenar de pillos que, enmascarados, esperaban la orden para meterse al centro Aurrerá.
Algunos alcaldes anunciaron la implementación de operativos de vigilancia, pero no son suficientes pues la mayoría no tiene el personal necesario, ni el equipo técnico y balístico suficiente y o cuidan de los centros comerciales o de la ciudadanía, aquí sí es necesaria la participación de la guardia nacional y de la policía estatal, en el caso de la primera, descuidarían la lucha contra el hampa organizada y la segunda no se si es bueno desear que entre la estatal pues han sido detenidos varios elementos por robo, podría ser peor el remedio que la enfermedad.
Uno de los problemas que enfrentan los elementos policiacos es que están tanto o más apanicados que la misma población Y temen ser contagiados o por lo menos eso dicen al evitar acudir en auxilio de la ciudadanía o por lo menos evitan acercarse a quienes le solicitan apoyo.
Ante la baja circulación de gente, los hampones salen a asaltar a quien encuentran en la calle y no se salvan ni los puestos de tacos o frituras, pues como si se tratara del más temible asalto bancario, llegan en grupos de entre tres y ocho, con armas de fuego y despojan a los pocos comensales y a los comerciantes de su dinero, sin importar que haya mujeres, adultos mayores o niños.
El Estado de México está entrando en un lapsus de salvajismo sin precedente y obvio, tampoco se estaba preparado para enfrentar las consecuencias que el COVID-19 trae como consecuencia.
Lamentable que siempre se catalogue a los gobernantes de Morena de improvisados y con la misma tijera se tenga que cortar a un gobierno emanado del PRI con la supuesta experiencia de haber sido dipuatdo, alcalde, funcionario federal y ahora gobernador, no es lo mismo presentarse en eventos llenos de acarreados con una prensa a modo y regalar tarjetitas rosas con una sonrisa Colgate, que enfrentar un problema serio como es la prevención de actos delictivos a este nivel. Solo quiero suponer si los elementos de Cuerpo de Seguridad Auxiliar del Estado de México (CUSAEM), que son un negocio particular, que no tienen un registro como cuerpo de seguridad privada pero sus más de 40 mil elementos gozan de la seguridad social del Estado de México fueran adscritos a cuidar al pueblo mexiquense, pero ese es tema de otra entrega.