Todos los argumentos y campañas referentes a un PRI reformado y con ganas de recuperar la confianza del electorado se caen de golpe y ocasionan un vacío en la militancia con la nominación de varios de sus candidatos a diputados federales, e cierto echaron mano de conocidísimos nombres, pero en la lucha que emprenderán en varios municipios mexiquenses mandaron a valiosos militantes a una muerte anunciada.
Es obvio que otra vez la militancia quedará de lado, la experiencia de los actores tampoco es requisito, la juventud quedará de lado otra vez y por Ley solo se respetará la equidad de género, sin que esto asegure que las candidatas sean independientes a intereses de líderes o grupos.
Nombres conocidos, sí, por supuesto, pero en una contienda intermedia como la que viviremos y con el descrédito del PRI, será muy difícil que la gente acepte volver atrás.
Tomemos el ejemplo de Ecatepec, donde de un plumazo dos de los mejor posicionados para la nominación a la alcaldía fueron nominados para diputaciones federales, me refiero a Jorge Hernández Hernández, ex diputado federal, ex delegado de Profeco y con amplia experiencia administrativa tendrá que esperar una nueva oportunidad y su triunfo como diputado federal no es nada seguro, explico por qué más adelante.
Josué Valdés Huezo el segundo “sacrificado”, con una experiencia electoral adecuada y uno de los políticos que no tienen problema con los grupos de priistas, se creía que entre estos dos quedaría la candidatura a la alcaldía, pero lo mandaron al distrito 17, donde Morena arrasó en la elección pasada, por lo que tampoco la lleva segura.
Explico, no es que sean malos candidatos, de hecho son los mejores de los cuatro, dicho sea con respeto a las dos damas que contenderán por los otros dos distritos federales, pero el problema estriba en que la gente aun no hace diferencia en su voto y la carga quedará en el candidato a l alcaldía, pues en sus hombros cargará gran parte de la responsabilidad del triunfo o la derrota de las aspirantes a legisladores tanto federales como locales y la división de intereses afectará en gran pate a los estratos federales pues la gente aun no aprende a realizar el voto diferenciado, es decir, si el candidato a alcalde es de u agrado todas las boletas serán para ese partido, pero si es lo contrario sus sufragios se van a otra expresión política.
En Ecatepec, el PRI va solo en la contienda federal y los otros dos escaños son para la hermana de Indalecio Ríos y gente de Eruviel y para la hija de Marco Antonio Gutiérrez, también con cierta tendencia eruvielista.
En la carrera por la presidencia municipal, ya filtrada o recortada, solo se quedan Sergio Díaz, actual presidente del PRI municipal, personaje de adhesión entre grupos y de limpia trayectoria; Alejandro Albarrán, ex secretario municipal venido desde abajo y que ha ido escalando peldaños bajo el amparo del senador Eruviel Ávila, muy conocido por las estructuras priistas, excelente organizador de eventos y con manejo de estrategias de movilidad electoral; Norma Ponce Orozco, también creció bajo la tutela de Eruviel Ávila tras militar en el grupo de Mario Vázquez y la actual secretaria de cultura, Marcela Gonzáles Salas; Isidro Moreno, ex candidato durante la elección anterior, dirigente del jovial grupo de ala progresista; martín Vázquez, ex diputado federal salido del Frente Juvenil Revolucionario y del grupo Río de Luz de donde salió también Eruviel Ávila y podría decirse, si ella acepta, que Brenda María Izontli Alvarado Sánchez pudiera también entrar en la pelea, cercana también al ex gobernador Ávila Villegas; se dice además que hay por hí el famoso delfín, un tercero en discordia, pero también cercano al grupo eruvielista.
Este es en breve el panorama que le espera a los priistas de Ecatepec, nada nuevo y a la espera de un milagro, voy uno de cuatro, el que tenga oídos…
