Defender lo indefendible es difícil y negar que al interior de la fracción mayoritaria de Morena hay división sería más irresponsable que asegurar lo contrario.
Es más que evidente y una costumbre los acuerdos de reciprocidad entre la clase política y el ejecutivo estatal le debe a Morena el que le haya aprobado todo cuanto pidió, desde el famoso programa de reemplacamiento, hasta la cuenta pública, pasando por una nueva deuda de 6 mil millones de pesos y por supuesto el más reciente aumento a las tarifas en el transporte público, es tiempo de pagos y la bancada del partido en el poder estatal se sumará a los votos de Morena para que la aspirante Miroslava Carrillo Téllez, incondicional del Tlatoani de Texcoco, Higinio Martínez Miranda, sea la elegida de los dioses y sea la nueva auditora del Órgano Superior de Fiscalización del Estado de México.
La diputada federal con licencia, no habría logrado siquiera postularse si no se hubiese modificado la ley en la cual se especificaba que ese cargo no podría ser ocupado por quien haya tenido algún cargo de elección popular o estuviese afiliado a partido político alguno, pero tras la modificación se le abrió la puerta a este singular personaje quien también supo hacer buena relación en la bancada federal con Mario Delgado, coordinador de Morena.
La cercanía de Miroslava con el grupo del GAP, quien domina el poder en el Estado de México ocasionó el malestar entre algunos diputados morenistas, en el antecedente que durante la consulta para la adecuación de la ley, como se menciona anteriormente, las diputadas del grupo de los llamdos “puros” votaron en contra y se espera o se cree que ellas harán lo mismo en la elección que se realizará el próximo 30 de enero y para lo cual, hay tres aspirantes, pero aunque el presidente de la JUCOPO, Maurilio Hernández y Tanech digan que no hay dados cargados, otros como Gabriel Gutiérrez Cureño, opinan lo contrario.
La llegada de Carrillo Téllez al OSFEM, más que un pago político abre otro tipo de caminos preparativos para el próximo proceso en el que el PRI, quien ahora posiblemente apoyará su nominación, recupere varios ayuntamientos, así que ese coto de poder está trabajándose a futuro y es casi imposible que alguno de los otros contendientes logre ser obstáculo para el fin ya acordado.
El OSFEM se convertirá en un órgano de control político más que de investigación y sanción hacia malos manejos eso es indudable, pero quien logre acarrear los beneficios del cargo tendrá muchas canonjías a sus servicio y aumentará, reitero, su control en el ámbito político estatal, son inteligentes los políticos, no cabe duda.
Por lo pronto ni Daniel Perdomo Rodríguez viejo conocido de varias administraciones priistas y panistas, ni Ana María Peñaloza, conocida solo en su colonia tienen oportunidad de participar, sino solo servirán para legitimizar el proceso y nada más.
El 20 se cierran las inscripciones, quien más querrá engordar el caldo a la convocatoria?