Con el antecedente de la disminución del caudal de agua potable hacia Ecatepec por parte de la CAEM y la nula respuesta del gobierno mexiquense hacia esa problemática añeja, se sentaron las bases para un rompimiento entre el gobierno del municipio más poblado de Latinoamérica y el titular del ejecutivo estatal, mismo que ahora se refleja en otra problemática que de no llegar a un acuerdo y coordinación amenaza con detonar un problema mayúsculo.
La guerra de declaraciones entre ambas instancias no ayudó en nada a la población que sigue padeciendo por la falta de agua potable mientras se echan la culpa uno y otro, pero retomando el tema principal, el problema actual en el que el edil ecatepense declara la guerra a los policías estatales se debe analizar desde un punto más crítico y objetivo y debe entrar la LX Legislatura a poner orden para que no se llegue a acciones mortales.
Y es que cansado de tantas quejas de la ciudadanía por los constantes abusos de la policía estatal en territorio del dios del viento, el alcalde durante un pase de lista ofreció una recompensa económica a la policía municipal de 10 mil pesos por cada presunto agente de la Secretaría de Seguridad del Estado de México, 10 mil por patrulla y si un policía estatal es detenido cometiendo un presunto delito, la recompensa aumenta hasta 50 mil pesos en efectivo.
De manera íntegra el presidente municipal de Ecatepec dice en el video: “Por cada uno de éstos y además si son oficiales voy a dar 10 mil pesos por cabeza, 10 mil por vehículo y si están cometiendo algún delito en flagrancia son 50 mil pesos de regalo. Eso es de mi sueldo, pero no vamos a permitir esas chingaderas aquí en mi municipio”.
El edil hizo un llamado a la Secretaría de Seguridad del Estado de México (SSEM) y a la Fiscalía de Justicia de la entidad para que metan orden en ambas corporaciones, pues pareciera que existe ausencia de mandos y de control, por lo que algunos elementos delinquen impunemente.
En una fuerte declaración grabada y filtrada por la misma policía municipal y después, cosa increíble, por su misma área de prensa, el alcalde señala directamente a los mandos policiales del gobierno mexiquense de realizar acciones que perturben y enrarezcan el clima de inseguridad en el municipio de Ecatepec.
Fuera de toda lógica y contraviniendo a las leyes vigentes esa declaración de guerra y llamado a una cacería de policías estatales podría desencadenar una feroz batalla entre ambas corporaciones y se puede constituir en un distractor para que los elementos municipales se avoquen a cazar a sus homólogos y descuiden sus labores de vigilancia.
Cabe recordar que en los 90´S ya se había presentado una situación similar entre elementos de la entonces policía judicial y la policía municipal que permitió la detención del entonces subdirector de seguridad pública local, acusado de encabezar a una banda de asalta- trailers y como presunto culpable de asesinato en grado de tentativa, como autor intelectual de muchos ilícitos y eso terminó con la carrera del comandante Chamorro.
En represalia, los municipales buscaron en todo momento detener a judiciales por extorsión, robo y demás ilícitos en una guerra que amenazaba con no terminar y mientras tanto la delincuencia hizo de las suyas al no estar vigilado el territorio.
Los que sí es importante, y comparto la opinión de un destacado político local, es que La Guardia Nacional y la FGJEM debería realizar una investigación seria sobre la corrupción de las corporaciones policiales en Ecatepec, sobre los abuso de autoridad, y encontrar las mafias que operan en las mismas y que otorgan impunidad a la delincuencia y al mismo tiempo abusan de los ciudadanos.
La impunidad en las corporaciones policiacas de ambos niveles no tienen un seguimiento adecuado por lo que la ciudadanía está indefensa ante ello, es importante que el gobernador como jefe máximo de la seguridad estatal ordena a la FGJEM rendir cuentas del estado en que se encuentran las investigaciones sobre homicidios, abusos y violencia en las que han sido señalados policías municipales, estatales y los propios ministeriales.