Inicio este primer espacio del 2021 deseando a todos los que honran al reportero leyendo esta columna un año lleno de bendiciones y parabienes junto con sus seres queridos.
Hablar del año que recién termina no es sencillo, mayormente cuando la pandemia nos deja el amargo sabor de haber perdido a muchos colegas, amigos y conocidos, pero hay otras situaciones que también son amargas para el gremio periodístico y es el engaño de los diputados de l LX Legislatura que durante más de un año, prometieron públicamente la aprobación de una ley de protección a los periodistas más que necesaria, me atrevo a decir que obligatoria para el buen desempeño de la labor de informar.
En 2019 el presidente de la Jucopo, Maurilio Hernández dijo públicamente que antes de terminar ese año sería aprobada, nada pasó. Desde inicio del 2021, ante la presión del Colectivo de periodistas se comprometieron a hacer lo propio en breve y hasta tuvieron el cinismo de anunciar que ya estaba dentro de la agenda legislativa, otra mentira del tamaño de lo que ya han acostumbrado.
La diputada presentante, Azucena Cisneros cumplió con lo que le correspondía, que era presentarla, pero a decir de los miembro de la Jucopo solo hizo eso y no se le dio el seguimiento adecuado para su aprobación, el caso es que culpándose unos a otros no resolvieron nada, finalmente en diciembre se anunció que ahora sí se aprobaría pero que necesitaban que las otras fracciones políticas apoyaran, el Colectivo de Periodistas aportó al reunirse con todas y cada una de las fracciones buscando el consenso y se logró, por lo menos en el dicho, especialmente los perredistas, panistas y priistas se comprometieron a impulsar el tan añorado documento, pero al final, la respuesta fue “ellos son mayoría y no se logró”, tienen razón, si Morena no apoya nada se puede lograr, incluso con todas las fracciones juntas apoyando, que desilusión para los que inocentemente creímos en que la 4T apoyaría algo tan necesario, ahora en este año es simplemente difícil que se apruebe pues al ser el año de Hidalgo, digo el último año, todos estarán más ocupados en sus intereses particulares y de partido que en aprobar una ley que podría salvar la vida de lo periodistas, un mal necesario para los políticos, pero solo en campaña.
En breve Azucena Cisneros buscará a sus amigos, bueno al equipo que le es cercano para impulsar su candidatura para Ecatepec, pobre municipio si ella llega a gobernar, si no tuvo empacho en engañar a los periodistas mexiquenses, que le espera a la ciudadanía, si no le importó sacar la Ley que protege las vidas de los comunicadores, menos le importará el destino de los habitantes de Ecatepec, historias hay muchas a su alrededor y será menester que se cumpla el viejo refrán de “amir con amor se paga”, por lo pronto ella ya demostró no tenerlo.
De don Maurilio, l jefe, el que mueve las decisiones (siempre y cundo lo ordene Higinio Martínez), tampoco se espera nada bueno en sus intereses por Tultitlán, sabemos que la aprobación no fue cosa de ellos, fue línea que recibieron, pero ellos están para defender los intereses de los mexiquenses no los del patrón, así que la falta de agallas para impulsar leyes tan necesarias habla de la falta de agallas que tendrá para dirigir los destinos de algún gobierno municipal o que lo haga algún apadrinado suyo.
En fin, otra legislatura sin la ley de Protección a los Periodistas, pero esperemos que el próximo periodo electoral cambie los destinos de la siguiente legislatura y se logre el tan ansiado objetivo, tal vez si Morena pierde la mayoría los periodistas tengamos una mejor oportunidad, nos equivocamos al confiar en las personas equivocadas, los errores se pagan, pero las facturas también se cobran.