El triunfo de Mario Delgado en la tercera y última ronda para definir la dirigencia nacional de Morena no fue una sorpresa, estaba claro que no dejarían llegar al experimentado Porfirio Muñoz Ledo a quien le sacó una ventaja de entre 12 y 15 puntos porcentuales, sin embargo eso no deja en claro que terminarán las divisiones y disputa al interior del partido en vías de la próxima elección en el Estado de México.
Quienes echaron las campanas al vuelo fueron las huestes higinistas, presidentes, diputados, regidores y todos los super convencidos de Delgado Carrillo a quienes solo les faltó convocar a una celebración frente al ángel de la independencia.
Para los municipios considerados como focos rojos para el morenismo, no es una gran noticia pues hay el temor de que el dedazo impere y haya malos candidatos que podrían poner en riesgo el triunfo, especialmente porque todos serían acordes a los intereses de su patrón el senador Higinio Martínez Miranda.
En el discurso, el nuevo líder del Movimiento de Regeneración Nacional, señaló que no será presa de intereses de grupos, pero del dicho al hecho hay mucho trecho y se advierte, ahora sí, una verdadera cena de negros para la disputa del control en la entidad mexiquense, esto bajo la premisa de que cada día crecen más las voces de protesta e inconformidad con el grupo del texcocano, a quien le brindan una enfermiza incondicionalidad sus adeptos.
Decía el diputado Faustino de la Cruz que “los vientos vienen de Texcoco” y la pregunta será si el poderoso Valle de México lo permitirá, si los delegados agrupados a la defensa de los ideales de la 4T serán capaces de detener el embate del Tlatoani de Texcoco y sus achichincles, pues esto sería tanto como devolver al PRI el control de la entidad.
Sigo insistiendo que la última palabra la tendrá Andrés Manuel López Obrador, que aunque ha sido respetuoso del partido, en esencia debe y tiene que poder orden al interior porque el antecedente de Hidalgo y Coahuila son una sombra muy fuerte par el año entrante con todo y la pandemia, pues a los tricolores les cae como anillo al dedo que el virus chino impida que la gente salga a votar, entonces y solo entonces la estructura del PRI ganará en muchos sitios.
Hablando de pandemias, tampoco es noticia que estemos a un cuarto para las 12 de regresar al semáforo rojo, pues al gobierno o a los gobiernos federal, estatales y municipales no les han servido los casi un millón de contagiados y 100 mil muertos para establecer verdaderos programas de prevención, aunado con la necedad ciudadana, por ello el Estado de México superó la cifra de 96 mil casos, 0 mil más que el peor escenario dado al principio con el estudio centinela y México sigue escalando a nivel mundial al colocarse en el noveno sitio de más casos positivos.
La entidad mexiquense sufrió y sigue sufriendo por la parsimonia de las autoridades que quieren resolver todo con boletines de gente que ha vencido al Covid, pero no especifican que el esfuerzo y gasto es de la ciudadanía, no del sector salud, que por cierto no ha ayudado mucho ante la carencia de implementos, personal médico y de enfermería, por lo que quien enferma de covid de manera grave o sufre de alguna enfermedad crónica está prácticamente destinado a morir.
En el informe del gobernador se habló con pinzas del tema, pero es un secreto a voces ue el presupuesto destinado al sector salud es no solo insuficiente, sino salvajemente ofensivo para tratar a los más de 90 mil infectados en lo que va del año, más los que se acumulen en estos meses de invierno.
Los hospitales son insuficientes y los medicamentos raquíticos, así que la gente prefiere quedarse en casa y recuperarse por métodos propios que confiar en un inestable sistema de salud mexiquense.