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Nada más torcido que un enderezador

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Transcurren los días y se aclaran los intereses detrás del nombramiento de Victorino Barrios Dávalos, por el Poder Legislativo Local, como contralor de Universidad Autónoma del Estado de México. Desde que fue lanzada la convocatoria para dicho puesto (decisión en la que no participó la UAEM) estaba cantado que sería él quien ocupara el cargo de Contralor Universitario. El pleno de la Cámara en lugar de votar para seleccionar de la terna a dicho funcionario se fue directo a la toma de protesta del Doctor Victorino Barrios.
 
El licenciado en economía Barrios Dávalos, tiene un doctorado en Ciencias Políticas otorgado por la Universidad de la Habana; un posgrado que convenientemente el mismo organizara —siendo contralor de la cámara de diputados—con otros miembros del Instituto de Estudios Legislativos para doctorarse junto con otros universitarios como el ex rector Eduardo Gasca Pliego (Cuba / Instituto de Estudios Legislativos, 2005 – 2007).
 
Antes de ser Contralor del Poder Legislativo fue Coordinador de Asesores de la fracción Parlamentaria del PRD y a partir del 2007 fue asiduo ponente en los Talleres Internacionales anuales de la nueva ciencia política promovida por la Sociedad Cubana de Investigaciones Filosóficas.Queda claro que se trata de un nombramiento a modo de Morena con el que busca abrir espacios para la izquierda en la Máxima Casa de Estudios del Estado de México.
Morena por todos los medios ha presionado para provocar la renuncia del rector Alfredo Barrera Baca, sin lograrlo, por lo que ahora que se avecina el término de actual administración se lanzará con toda su fuerza para imponer a un rector afín a sus intereses.
 
Es así como la intrusión de Victorino Barrios Dávalos y sus alardes mediáticos como enderezador, adquiere sentido como una más de las muchas acciones que veremos para limpiar el terreno y abrir las puertas al dominio de la ideología izquierdista en las aulas universitarias en detrimento de la autonomía universitaria y su valor más preciado, la libertad de pensamiento.
 
Nada fácil la tiene el rector Barrera Baca y los autonomistas ya que bien se sabe que la permanencia de Barrios Dávalos como contralor del Poder Legislativo por casi 16 años se debió a su pericia como operador político y monopolizador de los «trapos sucios» de presidentes municipales, diputados y otros servidores públicos, luego entonces, sabe lo que hace y tiene un sinfín de favores que cobrar para lograr su propósito.
 
¿Eficiencia fiscalizadora? Ninguna. Basta poner como ejemplo la denuncia que presentara el Frente Amplio de Texcoco (FAT) en contra de Delfina e Higinio Martínez por los presuntos delitos de desvío de recursos, abuso de autoridad y uso indebido del servicio público, esto en 2017. Este caso como muchos otros más fueron archivados y para quien guste de las estadísticas puede investigar cuantos casos manejados por Barrios Dávalos fueron archivados sin que se dictara resolución en contra de posibles infractores. Si hubo dinero o intereses políticos de por medio para congelar un sinfín de casos, son preguntas que flotan en el aire.
 
La gestión de Barrios Dávalos en el Congreso Local no fue precisamente ejemplo de rectitud, honorabilidad y transparencia. Los universitarios pueden seguir la pista de los Manuales de Procedimientos que usara la Contraloría del Poder Legislativo en el período de quien dice ser adalid de la anticorrupción, para encontrar su incongruencia con lo que marca la Ley en cuanto a medidas disciplinarias, instrumento que fue elaborado para ajustarse al peculiar y personal modo que tenía y tiene Victorino Barrios para interpretar y aplicar sanciones.
Desde luego que la parcialidad mostrada tiene su recompensa. Por sus manejos contrarios a la más elemental ética, Barrios Dávalos logró sobrevivir a la purga que hiciera el primero panista y luego priista, Aarón Urbina Bedolla, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso Local en 2012, quien removiera a la mayoría de los funcionarios y trabajadores que se habían enquistado por años en la administración y operación del Congreso Local. El último de los «premios» es el que le diera el actual Presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado de México, evidentemente morenista, al ratificarlo en su cargo en 2017.
 
La integración de Barrios Dávalos a la UAEM está consumada y el Rector Alfredo Barrera mucho tendrá que hacer para mantener al Enderezador (contralor) en el marco de la fiscalización de recursos, materia donde por cierto poco o nada podrá aportar ya que en el presunto fraude de la «estafa maestra» está implicado su amigo y compañero de estudios, el ex rector Eduardo Gasca, quien, además, avalara ese doctorado no impartido por la UAEM.

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