Por más que tratemos de encontrarle la curvatura al cuadrado y la lógica racional a lo que a veces hacen los diputados de Morena, que para el caso es lo mismo, no logro entender cómo es que en un momento de gravedad sanitaria extrema, donde urgen los recursos para invertirlos en investigación profesional y quizás para fortalecer el sistema de salud ante la pandemia mundial por el COVID-19, los sapientes legisladores de Morena estén buscando destinar 40 millones de pesos para supuestas investigaciones al Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM).
Es verdaderamente increíble que mientras México y los mexiquenses estamos luchando para evitar que la pandemia se siga extendiendo se presuponga que se debe destinar 40 millones de pesos a estudios de población en lugar de fortalecer las investigaciones en cuanto a salud y prevención del COVID-19.
Resulta que este fin de semana el legislador Adrián Galicia solicitó este recurso que favorecería a su íntimo amigo, el multicitado y polifacético Jaciel Montoya Arce, quien sin ser investigador o docente dirige desde hace muchos años ese centro de “investigación” mejor conocido como elefante rosa.
O los legisladores realmente no saben o hacen que no saben que durante más de dos décadas Montoya Arce debió ser investigado por el órgano interno de fiscalización de la legislatura en turno o por lo menos llamado a explicar la aplicación de los millones de pesos que ha estado recibiendo por sus supuestas indagatorias, pues por si no lo saben (los diputados), les informo que en los primeros años del presente siglo, léase antes de 2010, Jaciel Montoya recibió recursos para la construcción de su muy personal Centro de Investigación y Estudios Avanzados de la Población, de lo cual no se tiene antecedente de informe algunos en la aplicación de recursos.
Más adelante en 2007, en la gaceta oficial de gobierno se publicó la adición de recursos públicos a la UAEM, gestionados por la LVI Legislatura, por 10 millones de pesos de los cuales el 50 por ciento se destinaron a Jaciel Montoya para que el investigador realizara dos proyectos, el primero sobre la situación Laboral de la Población Adulta Mayor en el Estado de México y el segundo sobre realidad de la migración de mexiquenses, obviamente al carecer de los conocimientos básicos para realizarlos, contrató a verdaderos investigadores para que realizaran su trabajo y si las neuronas no me fallan, fueron dos reconocidas profesionales del Instituto de investigación social de la UNAM: Verónica Montes de Oca y Sagrario Garay Villegas.
Para 2009, terminado el trabajo, hubo incumplimiento de condiciones y Jaciel Montoya desconoció y plagió el trabajo de las investigadoras por lo que fue demandado y los resultados postergados hasta 2017, siendo gobernador Eruviel Ávila y Jorge Olvera, rector de la UAEM, hasta entonces logró presentar un trabajo cuyo costo fue de 5 millones y que nunca se supo si tanto dinero invertido, vino a cambiar el estatus de vida de los adultos mayores, pues en lo personal no he visto mejora alguna ni cambios en las políticas públicas del gobierno estatal y mucho menos iniciativas de ley que surgieran a raíz de tan cerebral investigación.
Es incomprensible que ahora, diputados ex perredistas vueltos a Morena, den seguimiento al despilfarro presupuestal en supuestas investigaciones que no son prioridad para un mejor gobierno o para bienestar de los mexiquenses y que como soporte a los diputados entregó un libro de 226 páginas que ha servido para nada y para lo mismo.
No conozco realmente que impacto tan profundo tuvo esa genial investigación en el alma mater de miles de profesionistas para que estén solicitando que 40 millones de pesos se apliquen para otra tarea de secundaria.
Tanto Max Correa como Adrián Galicia, cierto estoy que conocen el pasado y presente de Jaciel Montoya y en lo personal me extraña de Max Correa que se preste a este juego maquivélico o, a menos que de verdad no tenga antecedentes, yo me quedo con la evidencia de intereses políticos y económicos de muchos millones de pesos y cotos de poder.
